martes, 24 de mayo de 2016

A la memoria de Milton


por: Ernesto Sarabia Vega
 2016-05-23 

Más vale la calidad que la cantidad del tiempo que se puede compartir con una persona; en mi caso, la amistad entablada con Milton, mi compañero en la asociación de la AFE.

Nos sentábamos en la última fila del salón, en la mesa más alegre, ocurrida y molestosa, y por supuesto, la que en las últimas dispersiones más remates y compras realizaba.

De todas las reuniones de los sábados a que he asistido desde diciembre de 2014, que la AFE organiza, será inolvidable la efectuada el sábado 17 de mayo del 2015. La risa, la alegría fue la compañera por más de tres horas que duró la dispersión de aquella tarde y en todo ese tiempo que se compartió y estuvimos reunidos junto a Milton.

Las ocurrencias y las bromas de aquel sábado, junto al chiste fino y elegante de Milton, son imborrables de nuestra memoria. Las ofertas de los participantes, no se hacían esperar.

Milton este lote tiene a Asterix, tú estás haciendo comics. Te sirve compra. Le sugería. Lo remató enseguida de que se percató y a la que Gino asintió para la confirmación de que efectivamente era un comic que se le estaba pasando, pero estaba lleno de estampillas de castillos y que por supuesto también había un puente; el tema de Jaime. No dudo en recoger su comic y le regaló todo el lote a Jaime. Bromeando de que le servía a Jaime por el tema de sus puentes, recalando que todo castillo tiene su puente, aunque en las compradas esto no se veía.

Agradezco a mi afición a las estampillas. A la AFE por acogerme entre sus miembros, porque es aquí en donde he conocido a excelentes personas, buenos compañeros de afición, respetuosos, colaboradores, solidarios; cualidades que Milton poseía.

Compañeros, extrañaremos su presencia en nuestras reuniones, pero de mi parte; en cada estampilla de comics que vea, lo recordaré. Hasta siempre Milton, Dios lo recibió en su reino.

A la eterna memoria de nuestro compañero y amigo Milton Cerda, que un día como hoy hace un año se nos adelantó físicamente, pero que espiritualmente lo sentimos siempre.

Hasta siempre amigo.









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