lunes, 29 de febrero de 2016

SCADTA en Ecuador: Serie de 10 capítulos (VI)

por: Italo Bongiovanni

CAPÍTULO 6: SCADTA – EL CONDE KUENIGL LLEGA A GUAYAQUIL

Cuando en SCADTA estuvieron ciertos de firmar el contrato con el Gobierno de Ecuador, ordenaron en Alemania una serie de sellos para el servicio en Ecuador, al mismo proveedor que ya imprimía los sellos para el servicio de SCADTA en Colombia. El hecho que se hubiese previsto el uso de estampillas específicas para el Ecuador estaba previsto en la cláusula séptima del contrato donde se especificaba no solo que los sellos deberían ser aprobados por el Gobierno, sino el uso de matasellos de caucho o de acero hasta la llegada de los sellos alemanes. Todo ya se había decidido en los altos niveles.

El Conde llegó a Guayaquil el domingo 12 de agosto como se lee en el artículo SERVICIO DE CORREO AEREO en El Comercio de Quito del 6 de agosto. El texto es muy claro, se presentó al conde como el experto en filatelia de SCADTA, signo evidente que nunca había llegado antes en Guayaquil. El lunes 13, el Conde convocó el señor Wilfrido Moreno, dueño de las “Artes Gráficas Senefelder” entregándole una cierta cantidad de sellos de SCADTA de Colombia con la orden de sobre-sellarlos según un preciso detalle. Tiempo de entrega diez días.

De otro lado el Conde había llegado a Guayaquil con el preciso orden de organizar la parte filatélica y los sellos alemanes habrían necesitado de mucho tiempo para llegar. Optima excusa para su proyecto. 

 
 Extracto de notícia donde se presenta al Conde como si fuera la primera vez que llega a Guayaquil

El Sr. Moreno entregó el producto que se conoce, una PROVISIONAL de 45º llena de errores y bastante aborrachada, pero perfectamente en línea con las posibilidades tecnológicas de la imprenta en aquel momento. Como confirmó el Sr. Moreno algunos años más tarde, el señor Conde le telefoneó al día siguiente para suspender la producción del 50 centavos con la sigla Cts entre los valores numerales (50Cts50), sustituyéndolo con el más simple 50 – 50 y con la especificación de no destruir los sellos ya producidos sino de entregarlos todos.
        

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